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© FEI | 27/01/2023 | mary_shelley_mulleresconhistoria

Mary Shelley, la joven de las tinieblas

Escribió con 18 años la obra que dio paso a la ciencia ficción, la famosa Frankenstein o el moderno Prometeo.

27/01/2023

Mary Shelley, Mary Wollstonecraft Godwin en aquel momento, nació en Inglaterra en 1797 en el seno de una familia de intelectuales. Su vida desde los inicios fue muy trágica: nunca conoció a su madre, Mary Wollstonecraft, una pionera en la defensa de los derechos de las mujeres, que falleció pocas semanas después de dar a luz.

Se crió dentro de un ambiente totalmente bohemio, literario y filosófico. Por eso, fue una gran leída en filosofía radical, concretamente en los escritos de su madre –ya que se sabía de memoria la mayor parte de los pasajes de su obra-. Siempre se sintió ligada a su figura y reivindicaciones, de hecho, el recuerdo de su madre fue uno de sus grandes orgullos. En definitiva, Mary pasó toda su vida tratando de honrar su legado materno.

Con su padre, William Godwin, la relación era muy distante. Cuando Mary tenía 16 años conoció a Percy Shelley, el que sería su primer y gran amor. La relación era escandalosa a ojos de la sociedad del momento: él estaba casado y su mujer estaba embarazada. Mary también se quedó embarazada, y huyeron de Inglaterra, pero por problemas económicos regresaron tan solo 3 meses después.

En definitiva, Mary Shelley tuvo que enfrentarse a ser primeramente la sombra de su familia y más tarde la de su amante. Al escándalo y al duelo. Al abandono. Fue juzgada socialmente por ser mujer, por ser hija de, amante de… Una mente brillante totalmente incomprendida que desarrolló una cruda visión de la realidad.

En este tiempo, Mary sufrió un duro golpe: la muerte de su hija prematura. Esto la sumergió en una profunda depresión. La muerte nunca dejó de estar presente en la vida de Mary, incluso durante su huida fue testigo de la Europa devastada por la guerra.

En 1816, un año conocido por no tener verano, un grupo de escritores, entre los que se encontraba Mary Shelley acabó compartiendo una villa en Suiza, la villa de Lord Byron. A consecuencia de las lluvias torrenciales que duraban días y días, surgían veladas cerca del fuego en las que contaban historias de miedo y fantasmas. Un día, Byron propuso un concurso para escribir el relato más aterrador. Mary, basándose en sus espantosas pesadillas tras las conversaciones que tuvieron sobre la naturaleza de la vida y sobre la vida artificial, comenzó el relato que se convertiría en el inicio de su obra Frankenstein o el moderno Prometeo.

Comenzó a trabajar en su obra por pasatiempo, pero la historia crecía cada vez más, alimentada por sus traumas vitales. Finalmente, era la historia de un hombre atormentado que desafió a la naturaleza, creó un ser destinado a no tener lugar en el mundo, lo rechazó junto a su responsabilidad por crearlo, y finalmente, causó la muerte de sus seres queridos, condenándolo a la soledad.

En el libro, originalmente, la criatura no tiene nombre propio precisamente como símbolo de su orfandad, alienación y carencia de sentido e identidad humana. Unos sentimientos que Mary escribía de manera casi autobiográfica.

Publicó por primera vez en 1818 de manera anónima por lo desasosegante de la obra. Aún con ese sentido de terror, la segunda edición llevó su nombre y a partir de las ediciones publicadas en 1831, muchos de los pasajes más perturbadores fueron cambiados o eliminados por ella.

Tras regresar de Suiza, Percy y Mary se casaron y ella tomaría el nombre por el que es recordada hoy en día: Mary Shelley. En los siguientes años de vida, Mary sufrió una serie de desgracias que la sumieron en una depresión profunda de la que nunca se recuperó: el suicidio de su hermana, las muertes de dos de sus hijos mientras viajaban por Italia, sufrió un aborto y finalmente también perdió a su marido en la Toscana. Regresó a Inglaterra con su cuarto hijo, con el que vivió hasta que falleció en 1851.

Mary Shelley escribió todo tipo de obras: novela histórica, diarios de viaje, bibliografías, historias cortas de géneros variados e ensayos. También tradujo y editó obras de otros autores –como Lord Byron- y promocionó las que había escrito su marido, con mayor éxito del que él había tenido. Algunas de sus obras más conocidas son Mathilda (1819), Valperga o vida y aventuras de Castruccio, príncipe de Lucca (1823), El último hombre (1826) ou Faulkner (1837).

A pesar de eso, solo una obra quedó en el imaginario colectivo: Frankenstein, esa historia escandalosa en la que se refugió por sus propias sombras.
 

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