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© Público, editada FEI | 30/03/2022 | Hester Stanhope "La Reina Blanca de Palmira"

Hester Stanhope, aventurera y transgresora aristócrata inglesa

30/03/2022

Hester Stanhope nació en el seno de una familia aristocrática inglesa, recibiendo una educación típica femenina donde no encajaba. Ya en su niñez tenía predilección por aficiones como la caza, montar a caballo, … que la sociedad no atribuía a las mujeres, a demás de mostrar gran capacidad de liderazgo, ingenio e inteligencia.

Cuando cumplió veinticuatro años se fue a vivir con su tío William Pitt, el Primer Ministro inglés. Durante esta etapa Hester asumió el papel de anfitriona y secretaría privada de su tío. Esta fase de su vida se caracterizó por una gran interacción en la vida social inglesa, que finalizó con la muerte de su tío en el 1806. La pensión que le quedó de herencia no le alcanzaba para mantener el estilo de vida que tenía hasta el momento, por lo que decidió darle un cambio a su vida y emprendió un viaje a Oriente.

Tenía entonces treinta y cuatro años, Aprendió turco y árabe, viajó por toda la zona, siendo recibida en los principales centros palaciegos de Egipto, Malta, Grecia, Turquía o Siria. Aquí decidió vestirse con los atuendos propios de los hombres, rechazando los tradicionales velos de las mujeres.

Estando en Damasco sintió gran atracción por el estilo de vida beduino, y por la gran ciudad romana de Palmira de la que escuchaba hablar, y a donde no había llegado ninguna persona europea. A pesar de las recomendaciones de que no se adentrara en el desierto sirio, en el año 1813 partió con una caravana rumbo a Palmira, como si de la mítica reina Zenobia se tratara. La aventurera sorprendió tanto a beduinos/as como a árabes por su valentía y sus habilidades para montar a caballo. Fue conducida en medio de una ceremonia triunfal a través de la ciudad en ruinas, con una corona de flores sobre su cabeza, y luego coronada por los/as locales como su melika, su reina.

En 1815 organizó una expedición arqueológica en la ciudad de Ascalón (hoy Israel) para intentar desenterrar un tesoro de monedas de oro que supuestamente había sido escondido en la zona durante la Edad Media. Tan solo halló una gran estatua de mármol que terminaría rompiendo en mil pedazos y arrojándolos al mar, pero su empresa fue pionera de la arqueología en Tierra Santa. Hasta ese momento, los sultanes otomanos nunca habían dado permiso a una excavación extranjera.

De vuelta a Damasco decidió alquilar y rehabilitar un antigua castillo en ruinas del tiempo de las Cruzadas, en Djoun (montañas libanesas). Lo transformó en un gran palacete rústico donde vivió como una auténtica princesa drusa protegiendo a esta comunidad con sus influencias en ese lugar, y recibiendo visitas de personas procedentes de Europa que se aventuraban por esos lugares. Consiguió una gran fama en las colonias inglesas como mujer exótica y buena anfitriona.

El principio del fin vino en el año 1836, cuando el gobierno británico le embargó la pensión que se le había concedido, debido a las abultadas deudas contraídas a causa de la excabación en Ascalón. Al final de su vida acabo viviendo como un eremita, y enfermando poco después. Murió en junio de 1839 completamente arruinada.

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