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© thefamouspeople.com | 08/02/2019 | Edith Clarke, primera mujer en obtener el Máster de Ingeniería Eléctrica del MIT

Edith Clarke, una precursora en el campo de la ingeniería eléctrica

08/02/2019

El mundo de la ingeniería ha sido, y todavía es, un mundo complicado para las mujeres. Se trata de una profesión tradicionalmente asociada a un perfil masculino y, en muchos casos, vetado a las mujeres.


Pero, por suerte, durante la historia siempre ha habido muchas valientes que han dedicado su esfuerzo a romper con los muros y las barreras que ante ellas se elevaban.


Y una de esas mujeres que pasaron a la historia como pioneras fue, sin duda, Edith Clarke. Esta estadounidense es recordada por abrir las puertas de las carreras relacionadas con las matemáticas y la ingeniería a aquellas que vinieron después de ella.


Edith nació el 10 de febrero de 1883 en el estado de Maryland de Estados Unidos. Pronto se quedó huérfana pues su padre murió cuando ella tenía siete años y su madre cinco años más tarde; con lo que pasaría a ser criada por un tío. A los 18 años, debido a la herencia a la que tuvo acceso, pudo permitirse ingresar en la universidad privada Vasaar College de Nueva York, donde estudió matemáticas y astronomía.


Su extraordinario talento y valía, así como su excelente expediente académico, la llevó a ser aceptada en la sociedad honorífica Phi Beta Kappa para estudiantes universitarios con aptitudes sobresalientes.

 

Una carrera brillante a pesar de los obstáculos
Tras su graduación en 1908 empezó a dar sus primeros pasos en la enseñanza. No sería hasta 1911 que se internó en la industria tecnológica con un puesto en la American Telephone and Telegraph (ATT), empresa para la que trabajó sobre las líneas de transmisión y los circuitos eléctricos.


La gran labor que realizó en estas investigaciones hizo que fuera aceptada en 1918 en el prestigioso Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT). Un año después se convirtió en la primera mujer en obtener su Máster en Ingeniería Eléctrica.


Tras este gran logro, que abrió muchas puertas a otras mujeres, desarrolló numerosos trabajos, de gran relevancia en su campo. A pesar de esto, durante toda su carrera fue víctima del machismo de la época con una menor remuneración por el mismo trabajo que sus compañeros.


Entre las diversas tareas que realizó durante su carrera destacó la dirección de un grupo de mujeres para calcular esfuerzos mecánicos de los rotores de turbina en la General Electric (GE).


Obtuvo la patente de un calculador gráfico para resolver problemas de líneas de transporte, fue la primera mujer en presentar una ponencia en el American Institute of Electronic Engineers (AIEE) y aceptó enseñar en un colegio para mujeres en Turquía. Una vez allí decidió fundar el Women’s College de Constantinopla. A su regreso fue contratada para ser la encargada de los problemas de generación y transporte de energía en el Central Station Engineering Department, también de GE.


Sus logros son numerosos. Por citar algunos más, Edith Clarke presentó la aplicación del método de componentes simétricos en la solución de problemas, demostrando que se podía utilizar un analizador de redes del tipo electromecánico.


En 1941 fue reconocida, junto a un compañero de trabajo, por el mejor artículo sobre ingeniería práctica por la American Institute of Electronic Engineers (AIEE).


Poco después llegó a publicar un libro con las notas de sus conferencias como material de consulta, del que publicaría 7 años después un segundo tomo. Estas obras la encumbraron y harían que se conociera su nombre a nivel internacional.


En 1947 regresó a la enseñanza aceptando un puesto en la Universidad de Texas, donde permanecería hasta su jubilación en 1956. Tres años después fallecería.


Edith Clarke ha pasado a la historia, según colegas de sector profesional, por crear métodos matemáticos que disminuyeron el tiempo empleado en la solución de problemas en el diseño de sistemas eléctricos. Además, contribuyó a la divulgación de la idea de que las mujeres pueden realizar los mismos trabajos que los hombres, incluso en ámbitos a los que tradicionalmente no accedían. Si hay una frase por la que la define es la siguiente: “No hay demanda de ingenieros mujeres… pero siempre habrá demanda para cualquier persona que pueda hacer bien su trabajo”.
 

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