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© Artemisa Gnileschi | 17/10/2018 | Artemisa Gnileschi

Artemisa Gentileschi , la fuerza de la mujer en el barroco

Roma, 1593 - Napoli, 1654

14/06/2018 | Napoli

Nacida en Roma en 1593, Artemisia era la mayor y la única mujer de los cuatro hijos de un pintor llamado Orazio Gentileschi.

Aprendió a pintar en el taller del padre, bebiendo a borbotones del naturalismo típico de Caravaggio e impregnándose de su dramatismo y de sus fuertes contrastes cromáticos.

A sus 18 años, ya convertida en una pintora con proyección, sufrió una violación por parte de un compañero de su padre. Tardó un año en reunir las fuerzas necesarias para contarlo.

La opinión pública de la época miró con sospecha esa tardanza, concluyendo muchos que en realidad no había habido violación y se había tratado de una relación consentida por la propia joven.

Sin embargo, el 27 de Noviembre de 1612 Agostino Tassi fue declarado culpable. La pena que le cayó fue bastante blanda: el juez le dio a elegir entre cumplir cinco años de trabajos forzados o el exilio de Roma. Tassi, obviamente, eligió el exilio.

Artemisia ya había comenzado a plasmar en sus lienzos a mujeres fuertes y a sufridas, a heroínas, víctimas, suicidas, guerreras, a personajes femeninos procedentes tanto de la Biblia como de la mitología. Y adoptando una perspectiva nueva: la de una mujer.

Sólo hay que ver cómo en 1610, con sólo 17 años, la artista ya había pintado por ejemplo a "Susana y los viejos", un cuadro que se basa en el relato bíblico de la casta Susana, quien se estaba dando tranquilamente un baño cuando dos viejos le propusieron relaciones sexuales.

 

 

Pero sin duda, su obra más famosa y que mejor evidencia su estilo desgarrador es 'Judith decapitando a Holofernes'. Plasma el momento en el que la viuda Judith, ayudada por su fiel doncella, decapita a Holofernes, el general asirio enemigo que se había encaprichado con ella, aprovechando que está borracho y se ha quedado dormido.

 

 

En vida pintó sin parar y llegó a gozar de cierta fama. Pero tras su muerte en Nápoles en torno a 1654, Artemisia Gentileschi cayó en un largo y profundo olvido que ha durado siglos. Sólo en la segunda mitad del siglo XX su arte comenzó a ser de nuevo apreciado por algunos críticos y su nombre, desenterrado.

 

Pero, sobre todo, fue a raíz de que en los años 70 el movimiento feminista convirtiera a esta artista en un símbolo de la lucha de género que Artemisia finalmente resucitó.

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